Chalet adosado en camino Vell del Far, 41

A un paso del vibrante centro de la localidad costera y de su hermosa playa, se encuentra este fabuloso chalet pareado de cuatro dormitorios. Gracias a su excepcional ubicación, ofrece impresionantes vistas del Mediterráneo y de la costa circundante. La propiedad se distribuye en tres plantas, proporcionando un espacio amplio y confortable para disfrutar de momentos inolvidables.

En la planta baja, hay tres dormitorios y dos baños, uno de ellos en suite. Todos los dormitorios están equipados con aire acondicionado y armarios empotrados, asegurando comodidad y funcionalidad. El sótano alberga un cuarto dormitorio, una espaciosa sala de juegos y una habitación adicional que puede adaptarse como oficina, trastero o según las necesidades del propietario. Desde la sala de juegos, se accede a un encantador jardín privado, que incluye una zona de barbacoa ideal para reuniones y celebraciones.

En la planta superior se hallan la cocina, el salón-comedor y un aseo para invitados. Desde este nivel, se puede acceder a dos terrazas privadas: una ofrece vistas al mar y la costa, mientras que la otra proporciona vistas a la montaña, permitiendo disfrutar del sol y la sombra en cualquier momento del día. Además, existe la posibilidad, tanto legal como físicamente, de instalar una piscina en el jardín y construir una azotea, lo que incrementaría aún más las vistas al mar.

Las zonas comunes de la propiedad incluyen una piscina rodeada de exuberantes flores y plantas tropicales, además de una zona de relax con tumbonas y hamacas que invitan a la desconexión. Este chalet cuenta con licencia turística, lo que lo hace especialmente atractivo para alquileres vacacionales, con tarifas que superan los 400 euros por noche. La propiedad también incluye plaza de aparcamiento.

La localidad es el destino turístico ideal en la costa de la Costa Blanca, conocida por su amplia playa de aguas turquesas y un clima mediterráneo que mantiene una temperatura media anual de aproximadamente 18ºC, siendo agosto el mes más cálido. El entorno está salpicado de impresionantes acantilados, algunos alcanzando más de 300 metros de altura. Desde aquí, se puede recorrer el extenso paseo marítimo que conecta con otras localidades costeras, a menudo comparadas con las paradisíacas vistas de Santorini.

La población está en constante movimiento turístico, compuesta por una mezcla de residentes nacionales e internacionales que ofrecen una gran variedad de restaurantes, desde cocina alemana y china, hasta italiana, inglesa y japonesa. No faltan, por supuesto, los restaurantes tradicionales españoles que sirven deliciosos platos de arroz y pescado. Además, la cercanía a famosos viñedos invita a disfrutar de visitas durante todo el año, enriqueciendo aún más esta experiencia costera.